CAPITULO XLVII

Paula estaba cambiando las sábanas cuando Pedro entro con la bandeja del desayuno.

-No podías esperar, verdad??

-Lo puedo hacer en serio, estoy mejor, me duele un poco la cabeza.

Pedro deja la bandeja en la mesita la ayuda a tender la cama,  se sienta entre las sábanas limpias, la acomoda bien y le coloca  la bandeja del desayuno en su regazo.

-Ahora comé.

-mmm si, sargento!!!

-Dale no te hagas la nena caprichosa.

-Vas a salir??

-Si tengo ensayo en media hora, me tengo que ir, solo si me aseguras que vas a estar bien.

-Si estoy mucho mejor, esto está muy dulce.

-Tenes el estómago vacío desde ayer, te vas a sentir mejor después, tu tío me lo dijo.

-Y cuando hablaste con él??

-Cuando estabas en el baño.

-Bueno andate, se te va hacer tarde.

-Nooo, hasta que no termines todo el desayuno.

-No se te pasaron las tostadas esta vez.

-Comeee.

Luego del desayuno llevó la bandeja a la cocina y lavó las taza y dejo todo ordenado, volvió al dormitorio, la beso largamente y se dispuso a irse.

-No te levantes hasta que regrese ahí te deje las pastillas y la hora a la que debes tomarlas.

-Bueno no pienso ir a ningún lado, mi cabeza no me deja hacerlo.

-Esta, vuelvo en un rato, cualquier cosa llamame.

-SIII, anda tranquilo voy a estar bien.

Pedro antes de subir al auto la llama y le pregunta cómo se encuentra. Ella le contesta:

-Si, amor estoy bien, acá te espero. Y escribe en su tw

“Así da gusto estar enferma, tengo al mejor compañero, cocinero, enfermero y por supuesto el mejor novio”

Pedro al leerlo se le dibujo una sonrisa y arranco rumbo al gimnasio donde lo esperaban el coach y su bailarina, con bastante mala onda.