La mañana los encuentra abrazados y súper mimosos, Pedro no puede apartar las manos del cuerpo de ella. Se miman un buen rato y Paula se levanta y va al baño cuando vuelve lo encuentra durmiendo, lo llama y nada entonces se va a la cocina y prepara el desayuno, lo llama mas fuerte.
-Pedroooo!!!! Levantate, dale.
-Yaaaa.
Luego de una espera bastante prolongada aparece en la sala con el cabello húmedo, se sienta el una silla al lado de ella.
-Sacas a pasear a Moro???
-No, te toca a vos, ya estas mejor.
-Hay no estoy del todo bien.
-Juguemos un partido de truco y apostemos.
-mmmmm bueno, pero no solo el paseo de moro.
-jajajaja y se puede saber que queres apostar?
-Algo fuerte.
-Bueno el que gana es mula del otro por unas horas.
-Nooo por unas horas no por todo un día.
-Te bancas ser mi mula por todo un día??? Dice Pedro muy pícaramente.
-Primero ganame!!! Nene.
-Bueno a 15 tantos.
El juego comenzó y enseguida los ánimos se caldearon, ninguno quería perder y los insultos afloraron. Esta vez Paula ganó y lo festejo con alegría, Pedro la miraba como un lobo a su presa.
-jajajajajaj Morito, papá te saca de paseo.
-No tengo mucho tiempo.
-No –no-no, las apuestas se hacen para cumplirlas, no podes ser tan mal perdedor.
-Bueno. Tomó la correa de mala manera.
Y Paula estalló.
-Si lo vas a maltratar, Dejalo lo saco yo.
Como toda respuesta lo tomó y salió antes que ella vuelva a emitir algún improperio. Al cabo de un rato regreso de buen humor y con una flor que se la entregó en son de paz. Al principio no estaba dispuesta a aflojar, entonces él comenzó a pasarle la rosa por los brazos hasta llegar al cuello, ahí ya se le dibujo una sonrisa, Pedro siguió hasta la cara, la paso por sus mejillas y después por su boca. Él se acercó para darle un beso pero ella se alejó.
-Vení llevame al dormitorio.
-Me tengo que…
-Acordate sos mi mula. Lo interrumpió Paula.
Él se acerco con una sonrisa la levantó y la llevo al dormitorio. Una vez allí no la soltó.
-Dame un beso.
-Bueno. Y le deposito un pico, la soltó y se dio vuelta.
-No no no quiero un beso de los buenos.
Él regreso la abrazó y se lo dio como si de ese beso dependiera su vida. Ella quedó con los ojos cerrados.
-Quiero otro.
-Pau voy a llegar tarde. Respondió desde la puerta.
La cara de desilusión y puchero de ella lo desarmó, volvió la abrazó y la beso, colmándola como solo él sabía hacerlo.
No hay comentarios:
Publicar un comentario